Michael Keneely (Elliott Gould) y Patrick Farrel (Robert Blake) son dos policías que viven por y para su trabajo, aunque, llega, las misiones que se les encomiendan los delincuentes menores y juveniles. Michael es bastante rebelde y arrogante, y Patrick siempre se comporta como un presumido. Sin embargo, por una serie de coincidencias, se enteran de que la mayor parte de los actos criminales de la ciudad son orquestadas por Carl Rizzo (Allen Garfield), una mafia capo de Los Ángeles. Con ganas de ser reconocido por sus pares, comienzan a seguir el malhechor y tratar de atraparlo, tal es el acoso convertido en el principal objetivo de la formación criminal y, lo que es la policía más extrañas.