Cada uno de los habitantes de la aldea de los pitufos tiene un propósito: Papá Pitufo es el encargado de dirigir, el Pitufo Panadero prepara pan y pasteles, e incluso Pitufo Gruñón se dedica a su tarea de gruñir constantemente. Pero Pitufina no parece tener un propósito claro, así que decide salir a descubrirlo.