La película se desarrolla en la ciudad de Sevilla y, en concreto, en el barrio obrero de San Luis. Allí, en 1885 se fundó el taller de bordados Fernández y Roche. Con el tiempo, el taller fue abandonado y, en 2008, fue ocupada por los vecinos, que se convirtieron en un taller de flamenco. Sin embargo, este centro se cerró definitivamente en 2009, después de un año de actividad. Antes de su cierre, una cámara de cine tratando de registrar la actividad del centro, la filmación de las diversas ramas de arte flamenco discutidos allí, al igual que bulerías, farrucas, granaínas, alegrías o soleares. La película es una película sin terminar, como es el lugar que sea. La cinta también muestra el flamenco despojarlo de su solemnidad, que muestra claramente el espíritu de Andalucía y la energía de las personas que trabajan.