Gracia Beasley siente que su mundo se ha hecho añicos. Su marido la ha abandonado y se siente incapaz de seguir su camino en solitario. La gracia no se hunde en una depresión y menos aún que la causa de ello es que un hombre, por lo que decide asistir al concierto de uno de sus ídolos, el cantante Victor Fox (Jonathan Pryce). El destino hace que al final, en lugar de asistir a mostrar su idolatrado, el protagonista tiene que asistir a su funeral porque esto ha sido asesinada. Gracia decide tomar el viaje de todos modos y el camino se encuentra con un compañero inesperado. Dirk Simpson (Rupert Everett) también conoce la amargura del dolor, por lo tanto va a compartir algo más que una forma de despedir a Victor Fox.