Ambientada en 1980, cuenta la historia de Juan (Javier Gutiérrez) y Pedro (Raúl Arévalo), dos policías ideológicamente opuestos que trabajan en el departamento de homicidios de Madrid y que, como sanción, son destinados a un pequeño pueblo en las marismas del Guadalquivir. Allí tratarán de resolver el caso de dos adolescentes desaparecidas durante las fiestas del pueblo.