La película cuenta la historia de un detective de Nueva York (Jeffrey Dean Morgan) que se une a un policía local (Sam Worthington) para resolver una serie de asesinatos que, durante dos décadas, han costado la vida a unas setenta personas, apareciendo sus cuerpos en un terreno industrial baldío situado alrededor de unas refinerías de la Costa del Golfo. Ambos iniciarán una
guerra contra los desconocidos criminales e intentarán al mismo tiempo salvar a un niño de la calle.