En 1971, durante la resaca de Mayo del 68, el director yugoslavo Dusan Makavejev se convierte en el artista escandalosa del momento con este tipo de falso
documental sobre el sexo y la política, en la que las noticias, entrevistas,
ficción y apariciones surrealistas se combinan varios. La secuencia de comandos, se acaba de describir, gira en torno a la vida y obra del psiquiatra austríaco Wilhelm Reich, descubridor de la energía orgásmica, y las aventuras de dos niñas comunistas deseosos de experimentar con su cuerpo y con gracia. Todo mezclado con imágenes manipuladas de Stalin, escenas de sexo explícito e incluso una sesión real de electroshock.