La sequía ha profundizado en la aridez de la sabana de Kenia. La falta de agua no sólo se ha endurecido las condiciones de vida en esta región de África Oriental, pero también ha tenido consecuencias inesperadas de la fauna nativa. El fulminante que se ha secado la flora de arbustos y frutos de las plantaciones locales parece haber vuelto loco una manada de leones, cuya ferocidad se ha incrementado como resultado de un mayor de lo habitual en estas latitudes calor. Una
familia de colonos, propietarios de una plantación, es asediado por los mamíferos peligrosas, mostrando una agresividad inusual. La única esperanza es resistir los agricultores acorralados hasta que las bestias se cansan o conseguir que alguien las rescate. Para hacer esto, cerrar puertas y ventanas, de refuerzo tablones. Sin embargo, los leones no se dan por vencidos tan fácilmente.