Todos los días, en las calles de las zonas urbanas deprimidas de los Estados Unidos se libra una
guerra, una
guerra entre residentes, traficantes de droga y los que han jurado proteger a unos de los otros. Esta guerra tiene sus víctimas, y una de las más importantes es el sargento del Departamento de Policía de Los Angeles Alonzo Harris (Denzel Washington), un agente de narcóticos con 13 años de experiencia cuyos discutibles métodos hacen difusa la línea entre legalidad y corrupción.