En las profundidades de la selva africana hay un cocodrilo de 25 metros sed de sangre ha amenazado población. Al escuchar la noticia, un equipo de reporteros estadounidenses, decide viajar al lugar para documentar el caso y llevar al país al depredador vivo. El productor Tim Freeman, camarógrafo Steven Johnson y el resto del equipo, no son conscientes de los verdaderos peligros del viaje por el río en busca de la bestia. El hecho de que el país está envuelto en una
guerra civil ha provocado que el cocodrilo se acostumbre a la carne humana haciendo un asesino en serie.