Desde que era pequeño, Katie (Katie Featherston) oye susurros extraños sonidos inesperados y sentir sensaciones. Cuando adulto, decide irse a vivir con su novio Miqueas (Micah Sloat) a una casa en la que se mantiene al tanto de una presencia misteriosa que no sabe si el mal o realmente es algo que es solamente el fruto de su imaginación. Decidido a tratar de descubrir lo que está sucediendo, la pareja toma la decisión de instalar una cámara de vídeo para grabar todo lo que ocurre mientras duermen y viven en la casa, simulando de este modo terminar de una vez por todas con su intriga y tensión constante. Lo que pretendía ser una manera de aclarar el enigma, que termina por convertirse en una experiencia espantosa y desagradable que marcará el verdadero curso de los acontecimientos a lo largo de la cinta.