Tras convertirse en vampiro, Bella debe adaptarse a su nueva naturaleza. Cuando nace Renesmee, la
familia Cullen tendrá que protegerse de la amenaza de los Volturi, pues existe una ley que prohíbe transformar a los niños en vampiros, ya que son difíciles de controlar y pueden provocar desastres que pongan en peligro la secreta existencia de los vampiros.