Jonathan Zimmermann (Bruno Ganz) es un fabricante de marcos de cuadros que sufren de una enfermedad terminal rara. Un conocido llamado Tom Ripley (Dennis Hopper), residente en Estados Unidos en Hamburgo, consciente de su delicada situación decide tomar ventaja de ella para hacer una oferta. Para Jonathan presenta con un sicario para pedir un último favor: aceptar entrenarlo para convertirse en un profesional de sueldos asesino. Jonathan diferencias con Tom son palpables, pero en su extremo más cercano, y pensando en las condiciones en que su
familia puede vivir después de su muerte, que no tienen suficiente dinero para vivir, decide aceptar.