Valeria quería dar un cambio de aire para su vida y dejó a su Buenos Aires querido por el pueblo coruñés de Betanzos, desde donde su
familia. A los 25 años pierde a su amante, mucho mayor que ella. A pesar de su carácter extrovertido, amable y soñadora, cuando muere, pierde toda alegría. Poco después, Valeria se encuentra en una caída en el amor comprometido con Marcelo, el hijo de su situación amante. Con muchas dudas en la cabeza, el consejo de su amiga Adela tratar de responder a sus preocupaciones y lo puso en el camino correcto.