Tae-suk no tiene hogar. Su rutina diaria es permanecer temporalmente en casas y apartamentos que sabe que están estacionalmente vacía. Es como un fantasma, que se dedica a ocupar las casas y aprovecharse de los recursos que se ofrecen, ganando la hospitalidad a través de pequeñas reparaciones. Un día, cuando él decide tomar uno de los pisos es con Sun-hwa, una joven modelo que se celebra en su casa por orden de su marido. Cuando Tae-suk se cruza con Sun-hwa susciten entre ellos una unión por enlaces invisibles, donde los jóvenes tratan de salvarla de su castigo.