Después de muchos años luchando una
guerra contra los godos del norte, Titus Andronicus (Anthony Hopkins) vuelve a Roma en posesión de la victoria. El conflicto ha sido muy duro y prueba de ello es que Tito ha perdido varios niños en ella. Al regresar a su país, el general romano tiene que sacrificar un prisionero gótico y se elige al hijo de Tamora, la Reina de los godos. Súplicas son monarca inútil para prevenir la muerte de su primogénito, siguiendo la tradición religiosa porque el sacrificio es finalmente a cabo. La reina y sus dos hijos restantes prometen vengar esta pérdida.