Los muertos que no han terminado de cruzar la frontera al otro mundo volvió a ocupar las calles de una ciudad francesa que se caracteriza por la tranquilidad de su gente y su vida cotidiana. Como a modo de instinto, los zombies buscan sus hogares anteriores y se reúnen con los seres queridos que se creían perdidas para siempre, si los hubiere. La emoción de los encuentros se está moviendo.