Una mansión al lado de un acantilado es el lugar elegido por los hermanos Fitzgerald para practicar rituales de magia, ya que, según los lugareños, es propiedad de seres fantasmales. Ambos habían vivido en el mismo lugar en su infancia, pero el abuelo de la
familia decide vender a precios bajos, puesto que una leyenda acerca de la mansión negro que asoma. Mientras tanto, Pamela Fitzgerald se enfrenta a un espectro diabólica, que parece ser la encarnación de su madre, que murió al dar a luz.