La película Infiltrada está basada en la vida real de Aranzazu Berradre Marín, el pseudónimo que utilizó una policía nacional para infiltrarse durante varios años dentro de la banda terrorista de ETA. Cuando la joven tenía tan solo veinte años consiguió entrar dentro de la banda presentándose como militante del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño.