Varios padres de clase media ponen a sus primogénitos a estudiar en una escuela sólo para chicos, creyendo que les darán una mejor educación y los mantendrán alejados de las calles de Roma. Pero en la madrugada del 29 al 30 de septiembre de 1975, un suceso estremecedor sacudió los muros de la creencia que mantenía un colegio tan prestigioso: la masacre del Circeo.