En su segundo largometraje, Polak aborda el dolor, el abandono y el desamor de manera áspera, tanto como el asfalto por donde vaga la joven protagonista, que deambula por las carreteras de Europa para olvidar un pasado amoroso ensamblado con mentiras. A esta mujer en crisis le da vida Wende Snijders, una cantante de éxito en los Países Bajos.