En el siglo XIX, en una región rural de Suiza, un buscavidas roba niños y los compra a sus familias para luego venderlos como limpiadores de chimeneas en la ciudad de Milán. Es el destino que le aguarda al pequeño Giorgio, que junto a sus compañeros de esclavismo, con los rostros de hollín y el corazón blanco, comparte la misma miseria pero también el mismo espíritu de rebelión.