En Israel, en 1991, la
familia Ohayn pierde un miembro querido de la
familia. Fiel a la tradición, los familiares se reúnen durante una semana en la casa del difunto. A continuación, comenzará la convivencia cada vez más complicado, lo que resulta en momentos de mucha tensión. Durante los días comienzan a florecer verdades y eventos enterrados en el pasado, que creará una atmósfera de amargura y contienda.