Ingrid decide regresar a su casa, que era mucho después de haber quedado ciego después de un accidente. A pesar de los contratiempos y obstáculos ponen su vida en el camino, ella no pierde el entusiasmo de seguir actuando como apuntes de su corazón, incluso si todo lo que quiere pasar el resto de sus días disfrutando de la calma y la serenidad que aporta su región natal. Sin embargo, con el desarrollo de los eventos comenzarán a experimentar una serie de cambios importantes en su personalidad y su forma de actuar que afecta a sus seres queridos, especialmente a su marido. Depende de la protagonista Alistémonos cara seria de no caer en una depresión y dar todo por perdido a pesar del gran problema de la ceguera.