Bobby Kent fue asesinado el 14 de julio de 1993. Mientras está acostado en su propia sangre, implora la ayuda y perdón de su mejor amigo, Marty Puccio. Su respuesta es instantánea y premeditada: Marty puñaladas y luego cortar la garganta. El
crimen deja a los habitantes de la ciudad en silencio, los padres de los jóvenes asesinos devastadas y sin consuelo posible, y un grupo de adolescentes acusados de un
crimen sangriento que nunca se lamentan.