adaptación de la película sorprendente, no por su historial neorrealista, sino porque detrás de la cámara era uno de los directores ateos por excelencia, Pier Paolo Pasolini, y como protagonista en su contra, un sindicalista español agnóstico, Enrique Irazoqui. La lectura de clave evangelio marxista Mateo, Pasolini tenía una fidelidad notable en relación con el texto bíblico y narraba algunos de los episodios más populares de la vida de Jesucristo, el bautismo en manos de su primo Juan el Bautista en el río Jordán las enseñanzas a sus discípulos en parábolas, retiro intensivo en el desierto por cuarenta días con sus cuarenta noches, la confrontación con los fariseos y los jefes de los sacerdotes y la implementación de diversos milagros y su captura (gracias a la traición de Judas), el proceso, el juicio y la crucifixión en el Gólgota. En el tercer día, y como lo había predicho con antelación, logró levantarse de entre los muertos para renovar, mientras oraba, las esperanzas de la humanidad.