En una sociedad futura, la cadena de televisión CTV selecciona personas en necesidad de dinero para participar en un concurso arriesgada que consiste en una caza del hombre. Si la presa consigue burlar a los cinco ejecutivos que participan en el programa como cazadores, ganar un millón de dólares. El premio para el perseguidor que matan conseguir es $ 100.000. François Jacquemard es uno de los ciudadanos desesperados probar su suerte en esta variante siniestra de su escondite, televisado en directo y visto por un público amplio, con ganas de emociones fuertes. Debido a la popularidad de la empresa Jacquemard, el canal decide trucar la competencia en su favor, un hecho que le dice. Se siente manipulado como una simple mercancía y vienen eliminado uno por uno los cazadores, algo contrario a las reglas del programa.