En 1722, un holandés descubrió una isla en el Pacífico Sur, a la que sus habitantes llamaban Rapa Nui, pero él la bautizó como Isla de Pascua. Muchos años antes había tenido lugar en la isla un grave conflicto de carácter social: los Orejas Cortas constituían la clase inferior y construían estatuas por orden de los Orejas Largas, que eran los nobles.