Desde niño, Sebas Arroyo ha sido un prodigio del piano y le auguraban un gran futuro como músico. Eso sí, de adulto Sebas tiene aspecto de pringado y, al no haber triunfado en el piano, solicita plaza de policía en Cádiz y acaba trabajando a las órdenes de Josefa Garrido , inspectora de la brigada antidroga.