Tras la muerte de don Toribio, el cácaro del pueblo, Gumaro y Archimboldo, sus dos hijos, regresan a Güépez para escuchar el testamento de su padre en voz del presidente municipal don Cuino. En éste se estipula que a su primogénito Archimboldo se le quede un camión destartalado y que a su hermano menor, Gumaro, le toque el Cine Linterna Mújica.