En la ciudad empiezan a aparecer mujeres muertas sin una gota de sangre en sus cuerpos y marcas de colmillos extraños. La curia del lugar sospechan que un súcubo del mundo subterráneo es responsable (las víctimas eran todas las lesbianas), por lo que invocan la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, que no tarda en llegar y comienza a resolver el misterio. Sin embargo, cuando las patatas hervidas, tendrá que llamar a María Magnum y Santo, el Enmascarado de Plata en busca de ayuda.