Manolo y su hijo son estancos en un barrio popular de Madrid. Manolo es un hombre moral fuerte y católica, que ha cargado toda la vida con un trauma de la infancia: él quería ser el fabricante de juguetes, pero su padre, un militar, no lo permitiría. La matriarca del clan tiene cáncer, lo que hace que el hijo de Manolo empezar a vender drogas para pagar el tratamiento. Pero algo sale mal y traficantes de tomar al niño como rehén. Manolo, choque presa de la noticia, sin saber consume una gran cantidad de fármaco en una tortilla prepara su esposa enferma. Drogado hasta las cejas y las alucinaciones fuertes decide, escopeta en mano, ir a la caza de los secuestradores de su hijo.