Con el estilo que lo ha llevado a ser una de las figuras más reconocidas del cine fantástico, Alejandro Jodorowsky lleva a la pantalla los recuerdos de su infancia en el pequeño pueblo de Tocopilla, Chile, donde pese a las presiones de su riguroso padre, un comunista recalcitrante, y la abnegación de una madre amorosa pero débil tuvo que abrirse camino en medio de una sociedad que no siempre entendió sus orígenes. A través de este filme, en el que actúan tres de sus hijos, Jodorowsky intenta reconciliarse con su pasado.