Película de TV inspirada en hechos reales que cuenta la historia de Ryan White, un niño hemofílico que contrajo el SIDA a través de una transfusión de sangre. Sucedió en 1985, en un todavía lleno de prejuicios que sabían muy poco acerca de esta sociedad de la enfermedad, por lo que Ryan tuvo que sufrir una enorme discriminación por parte de sus compañeros de clase y vecinos. Hartos de la situación, se fue a los tribunales para luchar por sus derechos básicos.