El coleccionista de arte Wilhelm Uhde tiene el honor de ser uno de los primeros compradores de obras de Picasso. Un día, Wilhem da cuenta de que la doméstica que tiene en su casa, una mujer de aproximadamente 48 años de edad, es un gran artista de la pintura. Un cuadro pintado por ella en su tiempo libre será la que emerge entre ellos nacidos de una relación conmovedora.