Un agente de la CIA disfruta de la buena vida en Hong Kong trabajando como representante comercial de una marca de pantalones vaqueros, hasta que descubre una aterradora conspiración: desde las más altas esferas del Gobierno chino se están vendiendo secretos tecnológicos que pueden poner fin a la paz mundial. La mafia rusa está detrás de esta trama que pretende introducir una mortífera arma secreta en el mercado negro del terrorismo internacional.