Danny es adoptado por su tío Bart, como un ataque de un perro de gran alcance. Desde muy pequeño le ha entrenado bien para la pelea y para matar. Un día, una masacre sangrienta ocurre y Danny decide escapar. Durante su vuelo es acogido por una
familia cuyo modo de vida es totalmente diferente de la que ha vivido todos estos años. En ellos, Danny encontrar la estabilidad y el afecto que ha carecido durante toda su infancia, y otras pasiones como el piano.